jueves, 27 de noviembre de 2008

MATE BORGEANO


He tomado mucho mate cuando era joven. Tomar mate, para mi, era la forma de sentirme criollo viejo. Me lo cebaba yo mismo y creo que lo hacía muy mal porque siempre había flotando unos palitos sospechosos. Tenía dos mates, uno común, y otro de los que se llaman galleta. Y ahora, caramba, he perdido el hábito. "

"En el Cairo uno entra en una tienda y le ofrecen, inmediatamente, café, vino, frutas... Luego le dicen: 'Bienvenido a Egipto'. Después cuando uno pregunta el precio de algo, con toda cortesía le advierten. '¡No, señor! ¡Es un regalo!' Pero se sobreentiende que esto es una convención y que no es un regalo que se deba aceptar. En seguida viene el regateo, que puede durar media hora o tres cuartos de hora. Uno ofrece cinco y ellos piden veinticinco y todo eso para que, finalmente, el precio quede en diez. Y es una maravilla porque si uno no compra nada, igual son muy corteses. "
"Ellos no han descubierto el mate, pero igual han encontrado una manera, casi más simpática, de perder el tiempo. "

Fragmento extraído del libro "Borges, sus días y su tiempo" de María E.Vázquez. ©1984 Javier Vergara Editor


lunes, 17 de noviembre de 2008

Los Gauchos

Quién les hubiera dicho que sus mayores vinieron por un mar, quién les hubiera dicho lo que son un mar y sus aguas.

Mestizos de la sangre del hombre blanco, lo tuvieron en poco, mestizos de la sangre del hombre rojo, fueron sus enemigos.

Muchos no habrán oído jamás la palabra gaucho, o la habrán oído como una injuria.
Aprendieron los caminos de las estrellas, los hábitos del aire y del pájaro, las profecías de las nubes del Sur y de la luna con un cerco.

Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto que habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos, capataces, hombres de la partida policial, alguna vez matreros; alguno, el escuchado, fue el payador.

Cantaba sin premura, porque el alba tarda en clarear, y no alzaba la voz.

Había peones tigreros; amparado en el poncho el brazo izquierdo, el derecho sumía el cuchillo en el vientre del animal, abalanzado y alto.

El diálogo pausado, el mate y el naipe fueron las formas de su tiempo.

A diferencia de otros campesinos, eran capaces de ironía.

Eran sufridos, castos y pobres. La hospitalidad fue su fiesta.

Alguna noche los perdió el pendenciero alcohol de los sábados.

Morían y mataban con inocencia.

No eran devotos, fuera de alguna oscura superstición, pero la dura vida les enseño el culto del coraje.

Hombres de la ciudad les fabricaron un dialecto y una poesía de metáforas rústicas.
Ciertamente no fueron aventureros, pero un arreo los llevaba muy lejos y más lejos las guerras.

No dieron a la historia un sólo caudillo. Fueron hombres de López, de Ramírez, de Artigas, de Quiroga, de Bustos, de Pedro Campbell, de Rosas, de Urquiza, de aquel Ricardo López Jordán que hizo matar a Urquiza, de Peñaloza y de Saravia.

No murieron por esa cosa abstracta, la patria, sino por un patrón casual, una ira o por la invitación de un peligro.

Su ceniza está perdida en remotas regiones del continente, en repúblicas de cuya historia nada supieron, en campos de batalla, hoy famosos.

Hilario Ascasubi los vio cantando y combatiendo.

Vivieron su destino como en un sueño, sin saber quienes eran o qué eran.

Tal vez lo mismo nos ocurre a nosotros.

Jorge Luis Borges

sábado, 15 de noviembre de 2008

MATE EN UNA FONDA


"Quienes han comentado, y son muchos, la historia de Tadeo Isidoro, destacan el influjo de la llanura sobre su formación, pero gauchos idénticos a él nacieron y murieron en las selváticas riberas del Paraná y en las cuchillas orientales. Vivió, eso sí, en un mundo de barbarie monótona. Cuando, en 1874, murió de una viruela negra, no había visto jamás una montaña ni un pico de gas ni un molino. Tampoco una ciudad. En 1849, fue a Buenos Aires con una tropa del establecimiento de Francisco Xavier Acevedo; los troperos entraron en la ciudad para vaciar el cinto: Cruz, receloso, no salió de una fonda en el vecindario de los corrales. Pasó ahí muchos días, taciturno, durmiendo en la tierra, mateando, levantándose al alba y recogiéndose a la oración. Comprendió (más allá de las palabras y aun del entendimiento) que nada tenía que ver con él la ciudad."


Jorge Luis Borges

Biografía de Tadeo Isidoro Cruz

El cuento se puede leer en:

http://www4.loscuentos.net/cuentos/other/3/10/97/

viernes, 14 de noviembre de 2008

MATE EN LA ESQUINA ROSADA

"El hombre a nuestros pies se moría. Yo pensé que no le había temblado el pulso al que lo arregló. El hombre, sin embargo, era duro. Cuando golpeó, la Julia había estao cebando unos mates y el mate dio la vuelta redonda y volvío a mi mano, antes que falleciera. "Tápenme la cara", dijo despacio, cuando no pudo más. Sólo le quedaba el orgullo y no iba a consentir que le curiosearan los visajes de la agonía. Alguien le puso encima el chambergo negro, que era de copa altísima. Se murió abajo del chambergo, sin queja. Cuando el pecho acostado dejó de subir y bajar, se animaron a descubrirlo. Tenía ese aire fatigado de los difuntos; era de los hombres de más coraje que hubo en aquel entonces, dende la Batería hasta el Sur; en cuanto lo supe muerto y sin habla, le perdí el odio.
­Para morir no se precisa más que estar vivo ­dijo una del montón, y otra, pensativa también:
­Tanta soberbia el hombre, y no sirve más que pa juntar moscas".


Jorge Luis Borges.

Hombre de la esquina rosada


"Figari, pinta la memoria argentina. Digo argentina y esa designación no es un olvido anexionista del Uruguay, sino una irreprochable mención del Río de la Plata que, a diferencia del metafórico de la muerte, conoce dos orillas: tan argentina la una como la otra, tan preferidas por mi esperanza las dos".

JLB


domingo, 9 de noviembre de 2008

MI VIEJO MATE GALLETA


Mi viejo mate galleta,
que pena me dio perderte,
que mano troncho tu suerte.
Tal vez la mano del tiempo,
si hasta crei que eras eterno,
nunca imaginé tu muerte.
En tu pancita verdosa
cuantos paisajes miré,
cuantos versos hilvané
mientras gozaba tu amargo.
Cuantas veces te hice largo
y vos sabías porque.
Cuando la yerba escasiaba
por falta de patacones
nunca pediste razones,
pero me diste consejos:
chupa pero hacete viejo
sin llegar a los talones.
Y en esos negros inviernos
cuando la escarcha blanquiaba,
tu cuerpito calentaba
mis manos con su calor,
pa' que el amigo cantor
se prendiera la guitarra.

Y ai' nomas se hacia la farra,
vos y yo en un mano a mano,
Mate y guitarra en el claro,
mate y guitarra en la sombra,
en leguas a la redonda
no hubo jaguel orejano.
Ah! Compañero y hermano,
que destino más sotreta,
nunca le di a la limeta,
en vos encontré la calma,
en este adiós pongo el alma,
mi viejo mate galleta.

José Larralde
argentino

miércoles, 5 de noviembre de 2008

MATE ,"VICIO DIABÓLICO"


….El consumo de yerba mate cobra tal significación y es tan poco europeo que en 1610, recién llegados los jesuitas al Paraguay, su uso es denunciado por el Provincial Diego de Torres al Tribunal del Santo Oficio de Lima, diciendo que “parece vicio de poca consideración”, pero en realidad “es una superstición diabólica que acarrea muchos daños”. Torres indirectamente nos señala la profundidad de estos lazos culturales y apunta implicancias en el plano ideológico que claramente van más allá del simple consumo de la infusión verde. Así nos indica la imposibilidad de abandonar su consumo. “ Casi todos los que usan deste vicio, dicen en confesión y fuera de ella que ven que es vicio pero que ellos verdaderamente no se pueden enmendar” y , aún más como la gente llega al extremo de preferir el consumo del mate a asistir a misa, concluyendo con “el escándalo con que los españoles y sacerdotes dan con este vicio(la yerba mate).solo digo que ellos y los indios se hacen holgazanes y perezosos y van los venidos de España y los criollos y criollas, perdiendo, no sólo el uso de la razón, pero el estima y el aprecio de las cosas de la fée y temen tan poco el morir muchos como si no la tuvieran, y de que tienen poca, tengo yo muy grandes argumentos”. Esta denuncia no impedirá a los jesuitas del Paraguay, especializarse en su producción y comercialización cuando tomen conciencia de que la yerba mate es además de “práctica diabólica”, la principal moneda de la tierra y, por lo tanto, su principal riqueza.


Antonio Lezama


LA HISTORIA QUE NOS PARIÓ

Ensayo sobre el origen de la idiosincrasia rioplatense.

Capítulo 3, página 52

martes, 4 de noviembre de 2008

EL AUTOR DEL HIMNO NACIONAL URUGUAYO

Nacido en Montevideo el 3 de septiembre de 1791 y fallecido en la misma ciudad el 6 de octubre de 1862. Es hijo del Tesorero de la Real Hacienda Jacinto Acuña de Figueroa. Por la posición de su padre cursa sus primeros estudios en el Convento de San Bernardino, y los termina en Buenos Aires en el Real Colegio de San Carlos, de donde vuelve en 1810 habiendo realizado estudios en Letras.

Pese a ser el autor de la letra de los himnos nacionales de Uruguay y Paraguay, no se adhiere a la causa independentista, sino que se mantiene leal a los gobiernos coloniales de Elío y Vigodet, y al caer Montevideo en 1814, con unos 25 años de edad, se exiliara a la Corte portuguesa de Río de Janeiro, donde desempeña funciones diplomáticas para España. Por el contrario su padre permanece en Montevideo, donde es confirmado en sus cargos por el nuevo gobierno dada su capacidad para el cargo.

Retorna a Montevideo en 1818, después de la caída de José Artigas, al quedar la ciudad bajo el dominio portugués, y ya pemanece allí. Además de su labor literaria, ocupa los cargos de Tesorero del Estado (sucede a su padre), miembro de la Comisión de censora de las obras teatrales ( en 1846), y Director de la Biblioteca y Museo Público (1840 - 1847).

ADIVINANZA


Con esférica figura,
de fuerte y lisa corteza,
del corvo rabo prendido,
nací arrastrado entre yerba.
Mi rubio color, a veces,
con obscuro tinte alteran,
y formando una boca
tripas y entrañas me llevan.
Con otras de amargo gusto
mi cóncavo vientre llenan
y, para gozar su quilo,
con agua hirviendo me queman.


Francisco Acuña de Figueroa