martes, 29 de abril de 2008

Un cimarrón pa'calentar las tripas


"Llegó a la estancia una madrugada de julio, envuelto entre los flecos de la cerrazón, que parecían empeñados en zurcir los "cuaternos" de su poncho. Montaba un tubiano "matao", cuyos huesos pugnaban por romper la piel costrosa, y sobre cuyo esquelético lomo no se veía más garra que un cuero pelado de sarna, sucio y maloliente. Jinete y cabalgadura formaban un binomio pobre, ridículo e insignificante que ni siquiera los perros se dignaron ladrales. Apenas si algún cachorro curioso levantó la cabeza para vicharlos, y luego indiferente, reanudó el interrumpido sueño.
Los peones que"yerbeaban" en la cocina, esperando la hora de "agachar el lomo", lo recibieron con "un cimarrón pa calentar las tripas" y "una cabesa'vaca p'abancarse"
Mientras Nicomedes sorbía el mate en silencio, temblando todavía a consecuencia del chucho cogido en el camino, los otros lo examinaban con extrañeza su figura grotesca, su cara de luna de llena, sus párpados "bolsudos", su acotorrada nariz y su bigotillo incipiente en que temblaban abundantes hilachas de neblina.
-Qué animal de pelo extraño!-se decían, conteniendo apenas la risa.
Cuando el capataz entró a ordenar la faena del día, Nicomedes "desembuchó".
Quería trabajar en la estancia. Cualquier paga le serviría. Era pobre y andaba muy "quebrao"

Serafín J. García
Fragmento del cuento "Maturrano" .
"Barro y sol" Cuentos-Editado en1941

links:
http://letras- uruguay.espaciolatino.com/serafin/maturrango.htm
imagen: obra de Mario Giacoya, uruguayo, contemporáneo